La ciudad por la mañana

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    Animada día y noche, Tesalónica se hace querer por su atmósfera única y vitalidad. En Tesalónica no hay lugar/tiempo para horarios y obligaciones. La jornada comienza con una bougatsa(dulce típico griego que consiste en pasta filo rellena de crema pastelera), un koulouri (pan dulce en forma circular cubierto de sésamo) o un spanakopitarecién hecho (pastel salado de espinacas y feta), y por supuesto un buen café. Aquí nadie empieza el día sin antes tomarse un café. Además, el café “frappé” tiene su origen en Tesalónica y es la bebida preferida de esta ciudad.
    Para más información, pinchaaquí (link Para los amantes del café).
    Podéis degustarlo en miles de bares, a cualquier hora del día, solo tenéis que elegir dónde: en una plaza, en la playa, en las zonas estudiantiles o en la Ciudad Alta mientras gózais de unas buenas vistas.
    Los tesalonicenses siempre juntan café y compras en el mercado local. ¡Es una ocasión excelente para hacer un poco de shopping!
    Se suele decir que “todos los caminos llevan a Roma”, pero en Tesalónicasiempre van a parar al mar.Podéis pasear junto a otros visitantes y los lugareños por el paseo marítimo, que forma parte del centro de la ciudad. Una caminata relajante al son de las olas, sol radiante, magníficas fotografías… ¿Qué más se puede pedir?
    El horario no supone un problema ni siquiera para almorzar: los snack bars, tabernas y restaurantes están siempre abiertos, simplemente tenéis que decidir qué platos típicos queréis probar primero. Por otro lado, aquí nadie va a echarse una siesta después de comer sin antes tomarse un suculento postre. Tesalónica es mundialmente conocida por sus dulces tentaciones con las que podréis deleitar vuestros paladares y que encontraréis en las pastelerías del centro así como en los bares. Dejaos llevar por el ritmo tranquilo de vida de Tesalónica y de sus habitantes y haced como dice el lema de la ciudad: “¡con calma!” o “¡jalará!”en griego.